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miércoles, 18 de mayo de 2011

Trabajo negativista Desafiante Grupo Numero 1



DEFINICIÓN:
 El trastorno de negativista desafiante (TND) se define por un patrón recurrente de conducta negativista, desafiante, desobediente y hostil dirigido a las figuras de autoridad que persiste por lo menos seis meses.
Es habitual que en el desarrollo de los niños aparezcan en algunas etapas comportamientos negativitas, desobediencias, pataletas, por ellos es necesario delimitar cuando estos síntomas constituyen un trastorno.
Los niños TND usualmente son niños hostiles, que se resisten a obedecer, desafían a la autoridad, suelen romper las reglas y no siguen las instrucciones o normas de conductas socialmente esperadas para su edad.
Los comportamientos habituales son quejas, llanto, discusiones, gritos, entre otros. La conducta negativista está asociada a una baja autoestima, poca tolerancia a la frustración, mala relación con amigos y eventualmente bajo rendimiento académico.

ENFOQUES TEORICOS:

a) Teoría del aprendizaje

Esta teoría se fundamenta en el concepto de que las características negativas del trastorno negativista desafiante son actitudes y conductas aprendidas y/o repetidas de alguna figura, así mismo;  estas actitudes aprendidas reflejan los efectos de los refuerzos negativos por parte de los padres y cuidadores.
Por lo tanto, la teoría del aprendizaje se apoya en el empleo de refuerzos negativos por parte de los padres y se considera que el empleo de refuerzos negativos de las figuras de autoridad incrementan la frecuencia e intensidad de las conductas no deseables u opositoras en el niño y adolescente, logrando de este modo, mayor atención, tiempo, preocupación y la interacción deseada con los padres o personas en posición de autoridad.

b) Teoría del Desarrollo

Señala que los problemas  comienzan cuando los niños tienen entre 1 y 2 años y medio de edad. Los niños y adolescentes desarrollan este trastorno por haber tenido  dificultades para aprender a separarse de su figura de apego primaria y desarrollar habilidades autónomas.
 Las malas actitudes características del trastorno se consideran una continuación de las cuestiones normales durante el desarrollo que no fueron resueltas adecuadamente en los primeros años de vida.

     c) Teoría Psicodinámica
 
La teoría indica que la agresividad e impulsividad de los niños es un reflejo de esta tendencia oculta en los padres. Lo que quiere decir, que todos los padres tienden a proyectar algo sobre los hijos, sus necesidades, sus deseos, sus carencias, sus frustraciones y aspectos inaceptables de su propia personalidad.

En este sentido Spelling (1988) explica, que cuando los padres de manera inconsciente identifican al niño con un hermano odiado o con una parte objetable de su propia personalidad, el resultado es un grave desorden de la conducta del niño, que a menudo llega a un comportamiento extremadamente destructivo y autodestructivo.
Algunos niños muy inseguros adoptan una actitud retadora y hostil ante el comportamiento imprescindible y explosivo de sus padres, por medio de su conducta provocativa y negativista, tratan de provocar en ellos la reacción que más temen.

     d) Teoría biológico-fisiológicos:
Hoy en día parece un hecho demostrado que en los niños con problemas de conducta existen factores heredados de tipo neurológicos, psicofisiológicos y bioquímicos, que lo predisponen a manifestar conductas inmaduras, regresivas, baja tolerancia a la frustración, etc.
La testosterona ha sido muy relacionada con la conducta agresiva. Se ha encontrado que los niveles de testosterona fluctúan dependiendo del nivel percibido de provocación, y que ésta hormona afecta áreas del cerebro como el hipotálamo, que está muy relacionado con la conducta agresiva.
Olweus 1984, sugiere que la testosterona tiene efectos directos en la tolerancia a la frustración que, a su vez, influye en la conducta agresiva.
Brain 1984, encontró niveles más altos de testosterona en la saliva de los adolescentes agresivos.
  
  e) Teoría cognitiva         
Distorsiones cognitivas
Percepción socio-cognitiva: la investigación en cuanto a las distorsiones cognitivas en el área de la interacción social señala, que los niños agresivos perciben e interpretan los eventos del medio de manera diferente que los niños no agresivos y que atienden a un menor número de señales cuando interpretan el significado de la conducta de otros.
Doge y otros 1981, señalan que los niños agresivos son hipervigilantes, que atienden a señales inmediatas, especialmente a señales hostiles; que no se toman el tiempo para planificar o hacer inferencias más profundas sobre las conductas de los demás y tienen las expectativas de que la intención de los otros es hostilizarlos. Los niños y adolescentes agresivos demuestran un estilo de procesar la información caracterizada por ser irracional, ilógicos y distorsionados, lo que da lugar a que desarrolle creencias generalizadas que apoyan el uso de la agresión.
Los niños hostiles generalmente atribuyen la responsabilidad del conflicto a otros, por lo que estiman que su agresión es totalmente justificada.
Lochman 1981, encontró que los niños agresivos tienden a culpabilizar a los otros por cualquier conflicto, en contraste, los niños no agresivos asumen la responsabilidad del conflicto y tienden a autoculparse, lo que modula la expresión de la hostilidad. 
Reacción interna y reacción emocional
Los niños agresivos muestran serias dificultades para reconocer y nombrar sus sentimientos y tienden a sobregeneralizar y a confundir el enojo con otros estados afectivos como la tristeza. La dificultad para discriminar las emociones, supone, a su vez, una pobre capacidad para empatizar.
Deficiencias cognitivas
Solución de problemas sociales: los niños agresivos manifiestan deficiencias importantes en sus habilidades para solucionar problemas.

FACTORES DE RIESGO:
Webster-Stratton y Herbert (1994) citados por Cecilia Montiel, sugieren que aunque no todos los niños con trastorno Oposicional Desafiante se convierten en trastorno de la Conducta, existen ciertos factores de riesgo que contribuyen para la continuación de este trastorno; entre ellos se mencionan los siguientes:
·         Aparición temprana de los síntomas de Negativismo/Oposicionalidad o Trastorno de Conducta. Aquellos niños con síntomas conductuales antes de los seis años están a mayor riesgo de desarrollar conductas antisociales cuando adultos que aquellos cuyos problemas comienzan durante la adolescencia.
·         Rango de Desviación. Los niños a mayor riesgo de desarrollar conductas antisociales continuas son aquellos que han presentado problemas de conducta tanto en la casa como en la escuela y otros lugares.
·         Frecuencia e intensidad de la conducta antisocial. La probabilidad de convertirse en un adulto antisocial aumenta en proporción directa al número de conductas diferentes que se evidenciaron cuando niños.
·         Diversidad de Conducta Antisocial (muchas en vez de pocas, y conductas encubiertas a temprana edad: robo, mentiras, prender fuego). Entre mayor sea la variedad de conductas tanto cubiertas como directas, mayor es la probabilidad de convertirse en un adulto antisocial, aunque la conducta agresiva es probablemente la más estable a través del tiempo.
·         Características familiares y parentales. Los niños cuyos padres biológicos tienen una personalidad antisocial están a mayor riesgo.

CAUSAS O ETIOLOGÍA:
Al respecto Cecilia Montiel, especialista en la Terapia Cognitivo conductual, propone la existencia de diferentes factores que contribuyen al desarrollo y establecimiento de este trastorno.

Factores asociados al niño:
ü  Temperamento: Sugiere que en algún aspecto anormal de la organización interna del niño a un nivel psicológico y/o neurológico, es al memos parcialmente responsable del desarrollo de problemas de conductas.

ü  Déficit cognitivos y sociales: Los niños que presentan trastornos de conducta, distorsionan las claves sociales en sus interacciones con adultos, atribuyendo intenciones hostiles a situaciones neutrales.

ü  Déficit académico: Los niños tienen la tendencia a presentar un nivel de rendimiento bajo, inicia en la infancia y llega hasta bachillerato.

ü  Herencia vs ambiente: Estudios longitudinales revelan que los trastornos de conductas son estables a través de las generaciones.  Esto propone que los factores genéticos juegan un rol importante en el desarrollo de estos trastornos, lo cual se ha evidenciado en estudios de gemelos idénticos y estudios de adopción.

·         Factores Familiares

Levietes, señala que el comportamiento oposicionista puede estar provocado o agravado por:
ü  Padres que reaccionan en exceso a las necesidades de autonomía del niño con una actitud autoritaria o intrusita. 

ü  En estas familias si los padres no logran dominar al niño, el negativismo se expresara en forma de resistencia pasiva, pues el niño no podrá expresar su enojo de manera manifiesta, ya que puede ser duramente reprendido o castigados.

ü  Padres inconscientes o ambivalentes en sus prácticas disciplinarias.  En estas familias, el niño es reforzado por la vacilación de los padres y continúa con la conducta oposicionista.

En el Trastorno negativista Desafiante, no existen patrones familiares distintivos pero se han encontrado que muchos de los padres de niños con este trastorno están interesados de manera exagerada por el poder, el control y la autonomía.

En algunas familias se ha observado hermanos obstinados, madres deprimidas, controladoras y padres pasivos agresivos. El algunos los niños con este tipo de trastorno no fueron deseados.

Para BAUM, la psicopatología parental es otro factor importante pues el trastorno negativista desafiante suele ponerse de manifiesto en familias donde por lo menos uno de los padres cuenta con una historia de trastorno del estado de atención con hiperactividad, trastorno antisocial de la personalidad o trastorno por consumo de sustancias.
El método de disciplina también esta correlacionado con la conducta negativista de los niños.  En una investigación con niños preescolares, Pffiner  y O´leary encontraron que las madres que utilizan reprimendas prudentes caracterizadas por ser contingentes al mal comportamiento del hijo, firme, breves y consistentes, son más efectivas que los regaños emocionales que son pocos firmes, no son inmediatos además son inconsistentes.


·         Estrés ambiental:
 Factores como pobreza, hacinamiento, desempleo y enfermedad tienen efectos deteriorantes en las destrezas de crianza y están relacionados a varios tipos de psicopatología en los jóvenes.
·         Factores escolares:
En este sentido se considera que la experiencias negativas tanto escolares como sociales exacerban aún más las dificultades de adolescentes con problemas de conductas. Los jóvenes que son agresivos con sus compañeros rápidamente son rechazados por ellos y esto se debe a una conducta disruptiva, desobediente y agresiva. Los niños y/o jóvenes desarrollan también malas relaciones con sus maestros y reciben menos soporte y afecto en el sistema escolar; probablemente debido a que los maestros muchas veces reaccionan de la misma manera que lo hacen los padres y compañeros.

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DEL TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE F91.3:

A. Un patrón de comportamiento negativista, hostil y desafiante que dura por lo menos 6 meses, estando presentes cuatro (o más) de los siguientes comportamientos:

1. A menudo se encoleriza e incurre en pataletas
2. A menudo discute con adultos
3. A menudo desafía activamente a los adultos o rehúsa cumplir sus obligaciones
4. A menudo molesta deliberadamente a otras personas
5. A menudo acusa a otros de sus errores o mal comportamiento
6. A menudo es susceptible o fácilmente molestado por otros
7. A menudo es colérico y resentido
8. A menudo es rencoroso o vengativo

Nota: considerar que se cumple un criterio sólo si el comportamiento se presenta con más frecuencia de la observada típicamente en sujetos de edad y nivel de desarrollo comparables

B. El trastorno de conducta provoca deterioro clínicamente significativo en la actividad social, académica o laboral

C. Los comportamientos en cuestión no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico o de un trastorno del estado de ánimo

D. No se cumplen los criterios de trastorno disocial, y, si el sujeto tiene 18 años o más, tampoco los de trastorno antisocial de la
Personalidad.

SÍNTOMAS Y TRASTORNOS ASOCIADOS:
Los adolescentes negativista desafiante pueden presentar enuresis, encopresis, mutismo selectivo, evitación a la escuela, baja tolerancia a la frustración y trastorno del sueño y de la alimentación. Cuando se convierte en un problema crónico el oposicionismo interfiere en las relaciones interpersonales, la persona se aísla. Su autoimagen está deteriorada, presentan sentimientos de inadecuación y depresión por sus dificultades académicas y sociales. Se puede observar síntomas como labilidad emocional, lenguaje soez y consumo precoz de alcohol o sustancias ilegales.
Los trastornos asociados son trastorno por déficit de atención por hiperactividad, ya que es común que se presente en niños con trastorno negativista desafiante, los trastornos de aprendizaje y de comunicación.

CURSO DEL TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE:
En lo que respecta al curso del trastorno, éste suele aparecer, de forma gradual, antes de los 8 ó 9 años y preferentemente en el ámbito familiar para luego extenderse a otros. Un inicio temprano suele ser indicio de futuros trastornos de conducta. La presencia del trastorno es más común en familias en las que existe un problema en la relación de pareja, o en las que alguno de los progenitores posee una historia de Trastorno de Conducta, Trastornos del Humor, de la Hiperactividad o de la Personalidad Antisocial.

PREVALENCIA:
El DSM-IV cita una prevalencia de entre 2 y 16% para el TND en función a la naturaleza de la población estudiada y de los métodos de evaluación. Se presentan predominantemente hombres durante la infancia, mientras que durante la pubertad las cifras son similares entre ambos sexos, pero los hombres tienden a tener negativismo activo y las mujeres manifiestan principalmente negativismo pasivo. 
Aunque la mayoría de las investigaciones nos ofrecen escasa información sobre las claves causales de los Trastornos de Conducta, al menos nos permiten suponer que en la etiología del trastorno juegan un papel fundamental los factores genéticos y ambientales.

a) Factores Genéticos. Hoy en día parece demostrar que en los niños/as con estos trastornos existen factores herederos de tipo neurofisiológicos, psicofisiológicos y bioquímico, que predispondrían al sujeto a manifestar conductas infantiles aversivas y dificultades en el aprendizaje.

b) Factores Ambientales. Juegan también un papel determinante en la génesis y desarrollo de los Trastornos de Conducta. Responsable de que el individuo desarrolle adecuados intercambios con el ambiente, va a ser en gran parte la familia, que se constituye no sólo como el entorno en el que más frecuentemente está el individuo sino también como lugar en el que acontecen los principales aprendizajes del sujeto.
Los frecuentes conflictos matrimoniales pueden generar en el niño conductas agresivas incluso ya desde muy temprano. Y las pautas educativas e interacciones familiares parecen jugar también un importante papel. Elementos como el rechazo paterno, la permisividad frente a la agresión, una agresiva tendencia a castigar, una deficiente comunicación padres e hijos y las relaciones agresivas con los hermanos, contribuyen a la aparición del Trastorno de Conducta tanto de forma indirecta como directa.





DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:
1.    Trastorno Disocial:
Los comportamientos perturbadores de los adolescentes con trastorno negativista desafiante son de naturaleza menos graves que las de sujetos  con trastorno disocial y típicamente no incluyen agresiones hacia personas o animales, destrucción de propiedades ni un patrón de robos o fraudes. Puesto que todas las características del trastorno negativista desafiante suelen estar presentes en el trastorno disocial (ejemplo: desobediencia y oposición a las figuras de autoridad). Cuando el patrón de comportamiento del sujeto satisface los criterios tantos de trastorno disocial como de trastorno negativista desafiante, el diagnostico de trastorno disocial debe ocupar el lugar preferente y el trastorno negativista desafiante no debe diagnosticarse.
2.    Trastorno del Estado de Ánimo o Trastorno Psicótico:
El trastorno negativista es una características comúnmente asociada a trastornos del estado de ánimo y a trastornos psicóticos de niños y adolescentes no debe ser diagnosticado separadamente si los síntomas aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo o de un trastorno psicótico.

3.    Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad:
Los sujetos con comportamientos negativista pueden resistirse a realizar tareas laborales o escolares que requieren dedicación personal a causa de su renuencia a aceptar las exigencias de otros. Estos síntomas deben diferenciarse de la evitación de tareas escolares observadas en sujetos con trastorno por déficit de atención con hiperactividad. El diagnóstico diferencial puede complicarse cuando algunos sujetos con trastorno por déficit de atención con hiperactividad presentan secundariamente actitudes negativas hacia dichas tareas y devalúan su importancia, a menudo como una racionalización de su fracaso. Así mismo los comportamientos negativista también pueden distinguirse del comportamiento perturbador resultante de la desatención e impulsividad propias del trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Cuando coexisten ambos trastornos, deben diagnosticarse los dos.


4.    Retardo Mental:
En sujetos con retardo mental  sólo se establece un diagnóstico de trastorno negativista desafiante cuando el comportamiento negativista es notablemente mayor que el habitualmente observada en sujetos de edad, sexo y gravedad del retraso comparables.
5.    Alteración de la comprensión del lenguaje:
El trastorno negativista desafiante debe distinguirse de una incapacidad para seguir normas resultante de una alteración de la compresión del lenguaje (ejemplo; pérdida auditiva, trastorno del lenguaje receptivo-expresivo). Puede dar lugar a conductas aparentemente negativista, pero en este caso la desobediencia está asociada a sus dificultades para comprender lo que se le dice o lo que se le pide y para comunicarse con los demás. Mientras que en el caso del trastorno negativista desafiante existe una adecuada compresión de las normas pero el individuo decide no acatarlas.
6.    Estadios del desarrollo:
El  comportamiento negativista es una característica típica de ciertos estadios del desarrollo (ejemplo: primera infancia y adolescencia). Sólo debe considerarse el diagnóstico de trastorno negativista desafiante si los comportamientos en cuestión aparecen más a menudo y tienen consecuencia más graves que las observadas típicamente en otros sujetos de nivel de desarrollo comparable, conduciendo a deterioro significativo de la actividad social académica o laboral. La aparición de comportamientos en la adolescencia  puede deberse al proceso de individualización normal.
EVALUACIÓN:
Los instrumentos desarrollados para la evaluación clínica infantil son numerosos. Los clínicos utilizan entrevistas con los padres, test, escalas, etc. y según la problemática (pe. problemas afectivos) entrevistas con el propio niño y/o adolescente (Luciano, 1997). Otros profesionales utilizan observaciones realizadas por los padres o el propio niño y/o adolescente, y otros una combinación de elementos (Pelechano, 1980). La selección de instrumentos para evaluar la conducta en la infancia depende de la naturaleza del objetivo de la evaluación, de las características del sujeto (edad, sexo, habilidades cognitivas,...), de la fuente de envío, del contexto, del medio sociocultural y del propósito de la evaluación (Mash y Terdal, 1988). Distintos autores señalan que la elección de un instrumento u otro depende fundamentalmente de la formación conceptual del terapeuta, y otras veces del tiempo disponible (Kessler, 1988, citado en Luciano, 1997).

Según Montiel (2002), plantea que todos los niños en algún momento de su vida presentan problemas de conducta, recalca que cuando los niños son referidos por conductas negativista se debe indagar acerca de la presencia de factores que puedan estar influyendo en este comportamiento perturbador, por ejemplo; alcoholismo o conducta antisocial parental, depresión de la madre, práctica de crianza, discordia marital, violencia intrafamiliar, soporte social escaso, estatus socioeconómico bajo, entre otros y un aspecto importante en la labor del clínico es diferenciar en qué casos los problemas son transitorios y en cuales la conducta probablemente persista.
1.    Observación:
En el trabajo con adolescentes la observación juega un papel importante, se debe brindar una espacio para observar la interacción del adolescente con sus con el psicólogo para establecer patrones, identificar signos de fastidio, rabia e inconformidad, entre otras. 

2.    Entrevista:
Es importante entrevistar a los padres, e indagar referente a la historia del desarrollo, sobre la relación con los padres, hermanos y/u otros familiares. Otra información que debe recogerse es referente a episodios antisociales en la familia o trastornos psicológicos, estilos de crianza, normas en el hogar, malestar matrimonial, estrés familiar, contactos extrafamiliares positivos y negativos, actividades cotidiana, intereses, rendimiento académico, comportamiento en clase, relación con sus compañeros. Igualmente puede realizarse hojas de registro de padres y maestros para obtener información detallada del comportamiento del joven en el ambiente cotidiano, de la misma forma el adolescente puede registrar situaciones irritables y pensamientos que experimenta en diferentes situaciones, e incluso luego se podrían evaluar la congruencia de las diferentes fuentes de información.
Existen algunas entrevistas estructuradas para niños y adolescentes que evalúan un amplio abanico de síntomas y que pueden dar información para las decisiones diagnósticas. Entre ellas se encuentra la entrevista diagnostica para niños y adolescentes de Herjanic y Reich (1982).
La lista de revisión para problemas de conductas (revisada) R.B.P.C., de Quay y Peterson se halla entre las escalas más utilizadas, este listado de problemas de conducta está dirigido a la evaluación de la psicopatología infantil. Está compuesta por 55 ítems que se puntúan en una escala de 3 puntos (0.2) respecto a la severidad del problema. Puede ser completada por padres, profesores, representantes u otros informantes, se aplica a personas con edades comprendidas entre 5 y 16 años. Los análisis factoriales han arrojados 6 dimensiones: trastorno de conducta infrasocializado, trastorno de conducta socializado, problemas de atención, ansiedad-retraimiento, trastorno psicótico y conducta motoras excesivas.
La lista de Revisión Conductual, C.B.C.L., de Achenbach y Edelbrock, es un inventario para padres, que consiste en 118 ítems, cada uno de ellos evaluados en una escala de 3 puntos, de acuerdo con la intensidad de la conducta en cuestión, el análisis factorial revela como factores principales la interiorización y la exteriorización, así como otros 8 o 9 factores de menor magnitud, de este instrumento existen versiones para maestros y para adolescentes entre 11 y 18 años.
Escala de Conner para padres, maestros y la Escala de valoración, (Conner, 1969: Conner, 1973, respectivamente), La escala para maestros fue creada para evaluar los resultados de terapias farmacológicas sobre el trastorno de hiperactividad (Del Barrio, 1995). Esta escala consta de 39 ítems que se evalúan en una escala de 0-3, las propiedades psicométricas de esta prueba han resultado adecuadas (Conner, 1973; Kazdin, 1993). La escala para padres se construye a partir de la anterior y consta de 93 ítems que se contestan en una escala de 0 a 3. Esta escala ha recibido varias modificaciones, aunque la primera versión muestra unas características psicométricas más adecuadas (Conner y Barkley, 1985).
Existe una escala abreviada (Abbreviated Teacher Questionnaire, Conner, 1973) que al igual que las anteriores fue utilizada en distintas instituciones norteamericanas, por lo que su utilización es cada vez mayor dado a su fácil aplicación y su bajo costo.




TRATAMIENTOS DEL TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE:
Habilidades para la resolución de problemas:
Consiste en un desarrollo de las habilidades sociales deficitarias que normalmente se utilizan para solucionar un problema. Este método es un reto para los jóvenes que les agrada expresar sus ideas y tiene diferentes fases:
1.- Descripción del problema se establece operacionalmente el problema, de forma concreta y comprensible, y determinar cuando y donde ocurre el problema con más frecuencia.
2.- Establecimiento de objetivos; padres e hijos deben colaborar bajo la guía del terapeuta para determinar las metas que quieren alcanzar a corto, mediano y a largo plazo que puedan contribuir a mejorar la situación.
3.- Búsqueda de soluciones potenciales: Tanto los padres como los adolescentes aportan todas las soluciones posibles, ambas partes deben permitir una expresión libre de ideas.
4.- Identificación y valoración de las consecuencias. Toma de decisiones: una vez establecidas las posibles soluciones es necesario que el terapeuta los padres y el adolescente evalúen cada posible solución y consideren cuales pueden ser realmente efectivas y cuáles no en función de cuatro criterios los cuales se ubican en una tabla:
Soluciones

Resolución de problemas
Bienestar emocional
Bienestar
general
Tiempo y esfuerzo
Total
































La valoración puede utilizar la siguiente escala: +3 extremadamente satisfactorio, +2 medianamente satisfactorio, +1 ligeramente satisfactorio, -1  ligeramente insatisfactorio, -2 medianamente insatisfactorio y -3 extremadamente insatisfactorio.
5.- Puesta en práctica la solución elegida: después de la valoración se ponen en práctica las soluciones que obtuvieron mayor puntaje, para ello el terapeuta explica las técnicas que se van a realizar tanto en adolescentes como a sus padres
6.- Verificación de objetivos propuestos: una vez se hayan aplicado las técnicas el terapeuta evalúa si se han realizado progresos y si ambas partes se sienten satisfechas con los logros. Si no se logran avances se debe comenzar de nuevo desde la operacionalización del problema.
Entrenamiento en Habilidades Sociales
1.-Modelaje: los niños aprenden observando e imitando a sus padres, maestros, familiares y amigos. Condición  importante de este proceso es que el modelo debe reunir ciertas características que llamen la atención del niño, que sean personas admiradas por otros niños y que posean características similares. Como en edad o posición socioeconómica.
2.- Entrenamiento: en general, los padres y adultos usualmente enseñan a los niños cuales destrezas  sociales son las apropiadas a través de la instrucción verbal directa “dar los buenos días, dar las gracias, pide permiso cuando otros están hablando”.
3.- Reforzamiento: algunas conductas son aprendidas por las consecuencias que su ejecución implica. Por ejemplo el niño sabe que si le grita a su mama esta se va a molestar y probablemente lo va a castigar, cuando se tenga que dirigir a ella lo hará de forma calmada.
4.- Practica: el niño ensaya la conducta social aprendida, de manera que se sienta cómodo cuando la exhibe. Por ejemplo: cuando un padre le  entrega algo el niño dirá “gracias”  con mayor facilidad y menos pistas por parte de los padres.

Entrenamiento en destrezas sociales.

1.- Destrezas De Supervisión En Clases.

-Escuchar.
- Pedir Ayuda.
- Dar Las Gracias.
- Seguir Instrucciones.
- Completar Tareas.
-Contribuir En Las Discusiones.
- Establecer Metas.


2.- Destrezas Para Hacer Amigos:
- Presentarse.
- Comenzar Una Conversación.
- Unirse Al Grupo.
- Jugar.
- Ofrecer Ayuda A Un Compañero.
- Compartir.
- Dar Un Halago.

3.- Destrezas Para Manejar Sentimientos:

-          Conocer los propios sentimientos.
-          Expresar los sentimientos.
-          Reconocer los sentimientos de los otros.
-          Mostrar comprensión hacia lo que los otros sienten.
-          Manejar la rabia.
-          Manejar el miedo.
4.-Destrezas alternativas a la agresión:
-          Emplear el auto-control
-          Pedir permiso.
-          Evitar problemas.
-          Resolver problemas.
-          Aceptar las consecuencias.
-          Negociar.
              5.- destrezas para manejar estrés:
-          manejar el aburrimiento.
-          Entender que estas causando problemas.
-          Quejarse
-          Manejar perdidas
-          Manejar la vergüenza
-          Reaccionar  cuando te equivocas
-          Decir no
-          Tomar una decisión
-          Ser honesto


Entrenamiento en autocontrol.
Como se ha venido mencionando, los adolescentes con TND, se comportan de manera hostil, agresiva e irritable con otros, por lo cual es necesario que aprendan a controlarse  a sí mismo de tal manera que sean capaces de reaccionar de las formas antes mencionadas.
El autocontrol es la capacidad de controlar las emociones no que esta nos controle a nosotros, quitándonos la posibilidad de elegir lo que queremos sentir en cada momento de nuestra vida.
Pasos para el entrenamiento en autocontrol:

1.- Auto-observación:
El entrenador debe enseñar al sujeto a atender sus propias conductas problemáticas con el fin de modificarles.

2.- Auto-registro: se trata de anotar de manera precisa y operacional, el comportamiento problemático.

3.- Auto-refuerzo: consiste en la administración de recompensas contingentes, las cuales contribuyen a que aumenten las probabilidades de realizar la conducta meta

4.- Entrenamiento en tareas entre sesiones terapéuticas: se le coloca al individuo ejercicios que debe realizar entre sesiones para profundizar y trabajar en todos los aspectos relacionados con las dificultades de control

5.- Entrenamiento de respuestas alternativas: a través de esta técnica se enseña a la persona a reaccionar de manera más competitiva  y adaptativa, siendo útil en el manejo de la rabia, ira y la hostilidad.


  • Entrenamiento en Comunicación: Consta de tres pasos:

1.- Feedback: donde se retroalimente al joven acerca de la emisión de una conducta inapropiada en su manera de comunicarse. Una vez que se le hace, su patrón inadecuado de comunicación, se le muestra un banco de conductas problemáticas, en este sentido para que se le sea fácil detectar su aparición y posteriormente construir alternativas.

2.- Ensayo  Conductual: dentro de este pasó, el adolescente tiene la oportunidad de practicar lo modelado por el terapeuta en el ambiente donde se presentan las circunstancias en las que solía comunicarse de manera inadecuada.

3.- Entrenamiento de la Asertividad: identificar los estilos básicos de la conducta interpersonal, identificar las situaciones en las cuales queremos ser más asertivos.
Describir las situaciones problemáticas.
 Escribir un guion para el cambio de nuestra conducta.
Desarrollo del lenguaje corporal adecuado.
Aprender a identificar y evitar las manipulaciones de los demás.




























CONCLUSION


Es importante tomar cuenta que en el desarrollo del trastorno negativista desafiante se produce una secuencia de experiencias específicas. Esta secuencia puede iniciarse con la ineficacia por parte de los padres, seguida de dificultades con otras personas en posición de autoridad y malas relaciones con los compañeros. A medida que estas experiencias se exacerban y persisten, el comportamiento de oposición y desafiante se transforma en un patrón de comportamiento.

La detección precoz y la intervención en las experiencias negativas familiares y sociales pueden servir para alterar la secuencia de experiencias que llevan a conductas más negativas y desafiantes. La detección temprana y la intervención con habilidades más efectivas de comunicación, de crianza, de resolución de conflictos y de control de la ira pueden alterar el patrón de comportamientos negativos y disminuir la interferencia del comportamiento negativista y desafiante en las relaciones interpersonales con los adultos y los compañeros, y en el ámbito escolar y social.

El objetivo principal de la intervención temprana es favorecer el crecimiento y el proceso de desarrollo del niño o adolescente que tiene el trastorno negativista desafiante para mejorar su calidad de vida.











BIBLIOGRAFIA

·         MONTIEL NAVA, CECILIA.  (2002) “Psicología Infantil, un Enfoque conductual para la Evaluación y el tratamiento.

·         SOLLO GARCIA, LUZ MARIA (2001) “Los trastornos Psicológicos en el Niño” Editorial Trillas.

·         WICKS-NELSON, R e ISRAEL, A.(1988) “ Psicopatologia del niño y del Adolescente” Editorial Prentice Hall


·         DSM IV

·         WWW.GOOGLEACADEMICO.COM